El comisionado Roger Goodell confirma que el show de medio tiempo del Super Bowl con Bad Bunny no será reconsiderado

¡Hey! Hoy quiero platicarte a fondo sobre lo que está pasando con Bad Bunny (Benito Antonio Martínez Ocasio) y su próximo show en el Super Bowl —y sobre cómo la NFL está manejando toda la ola de opiniones que se generó alrededor. La historia es bien interesante, porque reúne música, cultura, política y ese toque que siempre tiene lo inesperado. Vamos a meternos en ello sin prisa, como en buena charla de cafecito.

Desde que la NFL anunció al artista puertorriqueño como protagonista del show de medio tiempo, se armó el revuelo. El evento será en el estadio del San Francisco 49ers, en Santa Clara (California), el 8 de febrero (detalle: en la nota original estaba esa fecha). NFL.com Y cuando lo anunciaron a finales de septiembre, como lo menciona el artículo, se generó de todo: desde aplausos hasta críticas, sobre todo porque Bad Bunny ha sido muy claro con sus posturas políticas, su identidad latina y su música en español. Su residencia de 31 días en Puerto Rico sin hacer conciertos en EE.UU., por ejemplo, llamó mucho la atención. NFL.com

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Lo que destaca de esta historia es que el comisionado Roger Goodell salió al frente y dijo que no van a reconsiderar a Bad Bunny como cabeza del show de medio tiempo. Es decir: “lo anunciamos, lo mantenemos y lo vamos a respetar como tal”. NFL.com Esa postura me parece un punto clave porque demuestra que la NFL está dispuesta a caminar contra viento y marea cuando considera que la apuesta es la adecuada.

Ahora bien, ¿por qué tanta polémica? Una parte del público y algunos políticos se sintieron incómodos porque Bad Bunny ha sido crítico de políticas migratorias en EE.UU., ha hecho declaraciones fuertes sobre la forma en que los latinos son tratados y ha elegido hacer su música mayoritariamente en español. Dentro de ese contexto, su nombramiento para un escenario tan mainstream como el Super Bowl fue visto por unos como un paso gigante hacia la inclusión, por otros como algo “arriesgado”. Goodell señala que “es cuidadosamente pensado” (hecho con cuidado) y que al final cuando estás ante cientos de millones de personas viendo al mismo tiempo, es muy difícil que no haya reacciones. NFL.com

También mencionó que “no estoy seguro de que hayamos escogido un artista sin que haya alguna crítica” —y tiene razón. Cualquier figura pública relevante que tenga tanta exposición va a generar opiniones divididas. NFL.com Y ahí es donde está lo interesante: la NFL apuesta por algo que consideran grande, que va a resonar, aún sabiendo que habrá personas que no lo entiendan o no lo acepten.

Bad Bunny, con 31 años, nacido en Puerto Rico, viene con una propuesta diferente a lo que muchas personas del mainstream de la música estadounidense están acostumbradas: canta en español, tiene un estilo único, una base de fans global muy sólida, y además se ha posicionado como una voz del mundo latino. NFL.com Que la NFL lo elija para un momento tan relevante en la cultura popular —el Super Bowl— dice muchísimo sobre el cambio de los tiempos y de la forma en que las grandes ligas y grandes marcas están viendo al público latino como un factor decisivo.

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Goodell lo resumió así: “Estamos seguros de que va a ser un gran show… entiende la plataforma en la que está, y creo que va a ser algo emocionante y un momento de unión”. NFL.com Esa parte de “unión” me gusta mucho, porque plantea que el espectáculo no será solo para un grupo, sino para todos. Y ese “todos” cada vez es más diverso, más global.

Por otro lado, es evidente que esta decisión no solo tiene que ver con la música. Tiene que ver con mercado, con relevancia cultural, con la manera en que los fans consumen música, y con cómo las marcas y eventos deportivos se adaptan al nuevo panorama. Goodell lo deja claro: “Es uno de los artistas líderes y más populares del mundo… eso es lo que tratamos de lograr”. NFL.com En otras palabras: se busca algo que tenga impacto, que genere conversación, que tenga significado.

Y sí, se generó conversación. En la nota se menciona que en una entrevista, el ex presidente Donald Trump dijo que “nunca había oído hablar de él” en referencia a Bad Bunny, y cuestionó la decisión de la NFL de seleccionarlo. NFL.com Esa reacción por parte de figuras públicas le da aún más visibilidad al tema. A algunos les molestó que un artista latino y con fuerte identidad hiciera el show de medio tiempo, a otros les pareció un triunfo para la comunidad latina.

La polémica también se alimenta porque Bad Bunny mismo ha sido muy vocal sobre temas sociales: inmigración, identidad, derechos, etc. Y en tiempos donde esos temas están al frente de muchas conversaciones en EE.UU. y América Latina, elegirlo significa también posicionarse políticamente, aunque la NFL diga que su objetivo es únicamente el entretenimiento y la magnitud del evento.

Pensar en un show de medio tiempo implica pensar en una audiencia masiva, en millones de personas que no necesariamente están familiarizadas con Bad Bunny o con la música en español. Pero eso también puede ser la gran ventaja: ofrecer algo nuevo, diferente, auténtico. Y según Goodell, ese fue el pensamiento detrás de la elección. La intención es clara: generar algo que trascienda el momento deportivo, que se hable después, que tenga simbolismo.

Es interesante analizar también lo que significa para la música latina: que un artista que canta en español tenga este espacio es un paso significativo hacia la visibilidad global. Y para los fans, para la comunidad latina, es un motivo de orgullo. Porque ese escenario tan grande no es solo un show —es una señal de que las voces latinas están siendo tomadas en cuenta, que el público latino importa, que el idioma y la cultura importan.

De alguna manera también se abre el debate sobre qué esperan los organizadores de un evento de esta magnitud: ¿Que el artista sea neutro? ¿Que sea “seguro”, que no genere controversia? Pues probablemente así lo hacían antes. Pero hoy, las audiencias son más conscientes, más diversas, más globales, y los organizadores parecen dispuestos a asumir riesgos para conectar con ello. En este caso, la NFL está diciendo: “sí, lo seleccionamos, no vamos a echarnos atrás”.

Esto también pone sobre la mesa cómo los eventos deportivos gigantescos han dejado de ser solo deporte para convertirse en espectáculo global, en cultura pop, en plataforma para artistas de primer nivel, en vitrinas para visibilidad. Y el show de medio tiempo del Super Bowl es uno de los momentos televisivos más importantes del año. Entonces es lógico que la decisión de quién lo encabeza sea tema de debate.

Pero, ¿y Bad Bunny? ¿Qué sabe él de todo esto? Bueno, no sabemos todos los detalles del plan creativo del show, pero lo que sí sabemos es que él entiende la magnitud de la plataforma: canta en español, tiene una identidad clara, tiene millones de seguidores que lo aman y mucha gente que aún lo está descubriendo. Goodell lo dijo: “entiende la plataforma, y va a ser emocionante”. NFL.com Eso sugiere que Bad Bunny no estará improvisando: que tiene conciencia de lo que significa estar en ese escenario.

También es digno de mencionar que el artículo nos recuerda que cuando se selecciona un artista de esta escala, no se está simplemente eligiendo “al que suena ahora”, sino se está escogiendo una figura que pueda resistir el escrutinio global, que pueda adaptarse a millones de miradas, que represente algo más que música. Esa es una presión enorme, pero al parecer, la NFL está confiada de que Bad Bunny cumple.

Más allá de la música, este episodio sirve para reflexionar sobre el poder de las decisiones culturales: casi siempre son más grandes de lo que parecen. La decisión de poner a un artista latino, con música en español, en uno de los eventos televisivos más vistos del mundo, manda un mensaje: la comunidad latina importa, la música en español importa, la diversidad importa. Y eso, aunque no lo digan de forma explícita, está ahí.

Claro que hay voces que se quejan: “¿Por qué un artista latino? ¿No hay alguien que cante en inglés?” “¿No es arriesgado cantar en español para una audiencia que habla mayormente inglés?” Esas preguntas existen y tienen su peso. Pero por otro lado, también hay quien dice que esos debates ya son del pasado: vivimos en un mundo donde la música fluye, los idiomas se mezclan, los artistas latinos dominan listas globales de streaming, y la audiencia es internacional.

Pensar que solo lo “familiar” o lo “anglo” puede llenar un show del Super Bowl es quedarse atrás. Y la enseñanza para otros organizadores, para otras ligas, para otras marcas, es que no es solo una jugada de marketing: es reconocer que el público cambió, que la cultura cambió, que el idioma no es barrera, que la autenticidad importa.

Claro, no estoy diciendo que todo será perfecto: habrá quienes no entiendan la letra, quienes no sepan quién es Bad Bunny, quienes no se identifiquen con su estilo. Pero si algo tiene de poderoso este momento es que invita a que más personas se interesen, que más personas aprendan, que más personas descubran. Y eso tiene valor.

También hay que tomar en cuenta que un show de esta magnitud conlleva desafíos: logística, creatividad, expectativas, críticas. La presión es enorme porque hay millones de ojos encima. Pero cuando se gestiona bien, puede convertirse en un hito. Y eso es lo que parece que la NFL está buscando: un hito, no solo un show de medio tiempo más.

En resumen, la decisión de mantener a Bad Bunny en el escenario del Super Bowl es un reflejo de muchos cambios: de la música, de la cultura, de la industria del entretenimiento, de la visibilidad latina. Es una apuesta que dice “Aquí estamos, cuenten con nosotros”, más que una simple pantalla de televisión.

Me encanta que algo así esté pasando: que haya riesgo, que haya visibilidad, que haya nuevas caras, nuevos idiomas, y que grandes escenarios ya no sean solo para los mismos nombres de siempre. Y lo mejor es que este tipo de decisiones no solo benefician al artista, sino a toda una comunidad que se siente vista, escuchada y valorada.

Para ti que lo estás leyendo, ya sabes que cuando llegue ese show —y créeme que va a llegar— habrá que poner atención, no solo al espectáculo, sino a lo que representa. Porque va a ser más que música; va a ser un momento cultural. Y si eres fan de la música latina, va a ser un motivo de orgullo. Si no lo eres, puede que sea una buena puerta de entrada para descubrir algo nuevo.

Así que sí, estamos ante un momento especial. La NFL dijo que no dará marcha atrás, Bad Bunny está listo para este escenario gigante, y el mundo está expectante. Será interesante ver cómo todo se desarrolla, qué tan espectacular será el show, cómo lo recibirán las audiencias y qué impacto tendrá en la cultura pop.

Para mí, lo más bonito es ver que la música en español, la identidad latina, la autenticidad, tienen su lugar. Y que, al final del día, eso importa. Porque la cultura no es solo entretenimiento: es representación. Y cuando te reconocen, cuando te dan un espacio, cuando te invitan a participar en el escenario más grande, eso transforma.

Así que quédate al pendiente, porque cuando llegue la fecha del Super Bowl, este show va a dar mucho de qué hablar. Y no solo por el talento de Bad Bunny, sino por todo lo que él lleva consigo: su historia, su gente, su música. Y eso, mi amigo, tiene un valor que va más allá de un gran escenario.

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